Las declaraciones referentes a las propiedades en nutrición y salud de las fórmulas infantiles pueden reforzar la percepción de las ventajas de las fórmulas en relación con la lactancia materna y, por tanto, interferir con la lactancia materna. Cheung et al. revisó la evidencia de las declaraciones referentes a las propiedades en salud hechas para las fórmulas infantiles por parte de la industria de alimentos para bebés en 15 países.

Las afirmaciones más comunes fueron las siguientes: «ayuda/apoya el desarrollo del cerebro y/o de los ojos y/o del sistema nervioso», «refuerza/apoya un sistema inmunológico sano», «ayuda/apoya el crecimiento y el desarrollo», «fácil de digerir» y «dietético manejo de las alergias, incluida la alergia a la leche de vaca».

De las 1884 afirmaciones revisadas, sólo 58 citaron «ensayos clínicos registrados» para respaldar la afirmación. De estos 58 ensayos, se considera que 46 presentan un «alto riesgo de sesgo» según los análisis de riesgo de sesgo efectuado por los autores. La mayoría de los ensayos registrados (88%) fueron financiados por la industria de preparación de alimentos y/o sus autores estaban afiliados a la industria de preparación de alimentos.

Cheung et al concluyen: «Hemos identificado una alta prevalencia de afirmaciones sobre las fórmulas infantiles en muchos países que parecen tener poca o ninguna base científica. Estos hallazgos respaldan los llamados a favor de una revisión de la regulación marco de los sucedáneos de la leche materna con el fin de proteger mejor los consumidores y evitar los daños asociados con el marketing agresivo de estos productos».

Nigel Rollins, de la OMS, dice en un editorial adjunto: «En un mundo ajetreado, los profesionales de la salud y las familias no tienen tiempo para revisar adecuadamente las declaraciones. Es poco probable que la industria modifique sus practicas en razón a los intereses de los accionistas. La autorregulación no ha funcionado y un marketing responsable y ético por parte de la industria de preparados de alimentos parece poco probable. Por lo tanto, las autoridades reglamentarias deben decidir si el uso de esta evidencia aparentemente engañosa es aceptable o si ellas deben imponer normas más estrictas a la industria de preparados de alimentos, exigiendo mejores productos basados ​​en evidencia de alta calidad, y tomando en cuenta las normas. «Con base a este estudio, los gobiernos y las autoridades reguladoras deben dedicar el tiempo y la atención necesarios a revisar las afirmaciones de las fórmulas y la evidencia que las respalda, para proteger así a los bebés y a los padres de los intereses comerciales». BMJ 2023;380:p310

Fuente del artículo Cheung, K.Y., et al. (2023) Health and nutrition claims for infant formula : international cross sectional survey. BMJ. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36792145